Una 'boda' peculiar, alcalde de Oaxaca se casa con una lagarta viva
OAXACA.- Una boda unió a dos culturas y propició la paz entre dos pueblos. Se trata de la boda de la princesa Alicia Rubí, una lagarta viva, con el alcalde de San Pedro Huamelula, Oaxaca, Víctor Hugo Sosa García.
La tradición dicta, que el alcalde debe casarse con una lagarta viva, un ritual que más de 200 años de antigüedad, que busca recrear el día que dos etnias fueron unidos por una boda.
"Es la cultura de los huaves y los Chontales, es un casamiento entre la princesa lagarta y si servidor, esto con el fin de que haya abundancia en nuestro municipio", expresó Víctor Hugo García, Alcalde de San Pedro Huamelula.
De acuerdo con historiadores, el pueblo huave de San Mateo del Mar, intentó conquistar el territorio chontal de Huamelula, hace ya muchos años, lo que desató una guerra entre las dos etnias.
Solo la boda del rey chontal con la princesa huave, hoy representados por el alcalde y la lagarta, pudo propiciar la paz entre los dos pueblos.
Desde temprano, se pasea a la princesa lagarta por el pueblo donde es recibida en las casas con alegría.
Para esta tradición peculiar, una lagarta viva es vestida de blanco con su traje de novia y es trasladada al palacio municipal para contraer nupcias con el presidente municipal.
El alcalde se casa 'enamorado' y acepta ser el esposo de la princesa lagarta.
"Estamos todos alegres porque la princesa lagarta se ha fijado en nosotros de que seamos la pareja no? de la lagarta y entonces estamos contentos porque hay alegría, hay fiesta, la ciudadanía está contenta...", agregó el Alcalde.
Una vez llevada a cabo la ceremonia donde el alcalde le da el sí a la princesa lagarta, se lleva a cabo la fiesta.
Una banda local ameniza la fiesta donde el pueblo acompaña al alcalde a bailar con la lagarta. La unión se sella con un beso.
Con esta tradición también se pide por la abundancia en la comunidad.
"Con esta ofrenda pedirle por las lluvias, por las cosechas, por todo lo bueno que pueda existir, no? La salud, la paz, la tranquilidad de este pueblo y es por eso que para haya armonía entre la fauna, la flora y esas cosas y nosotros también estemos en paz espiritual...", mencionó Jaime Escamilla, cronista.
Esta peculiar tradición que data del año de 1789, solo se vio suspendida durante dos años por la pandemia del covid 19 y este año se retoma desde San Pedro Huamelula, Oaxaca, con Uno Rusvel Rasgado.