Ruralidad de Villa de Seris, orgullo de vecinos El olor a coyotas, tamales y tortillas grandes impregna las narices en cuanto se llega a la plaza de la Candelaria.
Por: Alán Aviña Hermosillo.- Jaime Dávila disfruta de la ruralidad que está contenida en Villa de Seris. El olor a coyotas, tamales y tortillas grandes impregna las narices en cuanto se llega a la plaza donde está la Iglesia de La Candelaria. Todas las tardes, Jaime instala su negocio de comida tradicional y con una bocina con tambora ameniza la tarde a decenas de vecinos del sector. “Yo siempre he dicho que Hermosillo tiene esa gran ventaja y bendición de tener un pueblo dentro de la ciudad, Villa de Seris, orgullosamente, no sólo vivimos a gusto, sino que también la amamos”, comentó. Jaime tiene más de 50 años viviendo en Villa de Seris, y más de 40 como organillero en la iglesia de La Candelaria. “La gente afuera todos nos saludamos, todo mundo gritándole, porque nos conocemos todos. Nos distinguimos por la comida, porque a muchos nos gusta hacerla, nos gusta dedicarnos a la comida”, explicó.
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