Baja California

Requiere BC Ley de Envases y Embalajes

Sistemas depósito-reembolso, la clave para acopio exitoso de residuos.
Uniradio Informa 22-08-2019

-Sistemas depósito-reembolso, la clave para acopio exitoso de residuos.

TIJUANA.- La cercana llegada de un nuevo Congreso estatal sería un momento oportuno para crear una ley de envases y embalajes, con sistemas de depósito-reembolso para los materiales que ingresan a Baja California, esto estimularía el acopio y facilitaría el reciclaje de materiales que serían materia prima de nuevos productos.

Así lo recalcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que se requiere una regulación de envases y embalajes para lograr un acopio y manejo exitoso de residuos, por lo que el próximo Congreso debería crear una ley y darle el presupuesto adecuado para su implementación.

“El depósito se cobra cuando el producto está nuevo, tiene valor para el consumidor primario, algunas veces el vendedor informa al consumidor, pero en muchas otras no y da por hecho que está informado; por ejemplo, cuando compramos algún electrónico en California o llantas, en la factura está desagregado el costo de disposición”, enfatizó.

Cuando compras una batería o acumulador de carro, se cobra un depósito o entregas la usada para el reciclaje del plomo, plástico y ácido sulfúrico que contienen, pero a veces esto es imperceptible, añadió Zavala Álvarez, quien cursó en el Colegio de México el Programa LEAD, para líderes comprometidos con el desarrollo sustentable.

“El caso más exitoso es el aluminio, con el sistema depósito-reembolso se logra reciclar el 90% del aluminio del mundo, siendo más importante que la llamada minería urbana, que se refiere al acopio y recolección, algo distinto de la minería primaria, resultado de la extracción directa de yacimientos naturales”, dijo el experto en gestión estratégica del desarrollo.

El también vicepresidente de Gestión Ambiental en la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana destacó que es importante mantener la cadena de valor íntegra, la falla ocasiona que el material se disperse, se quede tirado porque no tiene un estímulo económico para su acopio, como es el caso de la llanta usada importada de Estados Unidos.

“Los dos dólares de depósito que pagó el consumidor para la disposición final de esa llanta se quedan en California, y la llanta cruza ´huérfana´, no tenemos un mecanismo regional binacional de acompañamiento para este caso y la inspección y vigilancia no logra un suficiente control, se necesita el estímulo económico para el acopio exitoso”, alertó.

Informó que los envases y embalajes pueden representar el 70% de los residuos sólidos urbanos (RSU), es decir, de la basura común, con materiales predominantes como plástico, vidrio, metales, cartón y madera, todos ellos “fácilmente” reciclables y su proporción o composición puede variar significativamente según la fuente.

“En una casa estos materiales pueden representar el 60 por ciento y en un comercio llegar al 90; los envases son el contenedor primario, están en contacto con productos como comida, shampoo, jugos, bebidas, clavos, cemento, aceite, líquido de frenos, ácido y otros más; tras ser usados, tienen producto adherido, como restos de frijoles, azúcar, anticongelante”, dijo.

Explicó que pueden ser bolsas, botes, costales, entre otros, y se usan para mantener el producto accesible al consumidor, que los alimentos se conserven sin descomponerse, para que el producto no se humedezca, pierda aroma o se seque; incluso los hay transparentes para que el consumidor vea el color y constate que cumple con las condiciones de calidad.

Asimismo, añadió José Carmelo Zavala, para que esté en la cantidad adecuada, que se pueda dosificar, como en el caso del shampoo, que se usa en pequeñas porciones repetidas, los medicamentos en gotas, sobres de azúcar, porciones en envases individuales para cuidar la higiene o sanidad.

Comentó que los envases y embalajes suelen ser de un material inerte para no reaccionar con el producto o el ambiente, como el vidrio en las botellas de vino, que es color ámbar para que no lo dañe la luz; otro caso es la sal, que es higroscópica y necesita un envase de plástico o vidrio, porque en papel o cartón atraparía humedad del ambiente.

“El material depende del producto: una cámara de foto viene en caja rígida; la leche en plástico flexible; la cerveza en vidrio rígido color ámbar, verde o transparente; el atún en latas de metal porque requiere tratamiento térmico para conservarse; las sodas en plástico rígido porque presurizan con gas, y el agua en plástico flexible y transparente”, explicó.

En transporte y logística, continuó, el peso relativo entre producto y envase o embalaje puede ser muy relevante en el costo energético necesario; el plástico es más ligero que el vidrio, ello disminuye el gasto de combustible y la huella ecológica del transporte en productos como agua, sodas o jugos, pero en vino o cerveza el vidrio conserva mejor las características del producto.

Zavala Álvarez agregó que el embalaje ayuda a transportar lotes de productos, a proteger productos de daños físicos en maniobras de almacén, transporte, carga y descarga; cartón, madera y plástico son materiales comunes, no están en contacto directo con el producto, de modo que se mantienen limpios y son fáciles de separar para su reúso o reciclaje.

“Una ley de envases y embalajes en Baja California nos daría la posibilidad de ser un caso exitoso de economía circular, el ecodiseño generaría envases y embalajes genéricos que facilitaran su reúso, remanufactura, separación y reciclado, extendiendo su ciclo de vida, el desarrollo sostenible será posible si caminamos en la dirección correcta”, finalizó.

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